
Las Cinco Casitas y el Misterio del Baile Nocturno
Era una de esas noches especiales en la tienda de cerámica, cuando la luna llena convertía el polvo flotante en diminutas estrellas danzantes. Las cinco casitas del estante superior se preparaban para su habitual sesión de observación nocturna cuando algo extraordinario captó su atención.
¡No van a creer lo que estoy viendo! Susurró la Casita Verde, inclinándose tanto que su chimenea casi rozaba el estante. ¡El jarrón azul del estante inferior está…! ¡Bailando!
La Casita Azul, que hasta ese momento había estado categorizando mentalmente los diferentes tipos de sombras nocturnas, ajustó su posición con estudiada indiferencia. Eso es científicamente imposible. La cerámica no puede moverse por sí misma, según el Manual de Comportamiento Apropiado para Objetos Decorativos, página 47, párrafo tercero.
¡Pero está pasando!, insistió la Casita Roja, olvidando momentáneamente su dignidad mientras se inclinaba para ver mejor. ¡Está girando como si escuchara un vals!
La Casita Amarilla ya estaba en modo documentación: Observación extraordinaria: 23:47 horas. Un jarrón de aproximadamente 30 centímetros de altura ejecuta lo que parece ser un vals sin música. No hay corrientes de aire que puedan explicar el fenómeno.
¿Están seguras de que no es otro de esos espejismos nocturnos?, murmuró la Casita Violeta, luchando contra el sueño. Como aquella vez que juramos que la maceta nueva hacía yoga...
¡Esto es diferente!, exclamó la Casita Verde. ¡Miren cómo gira! ¡Y juraría que está brillando!
Efectivamente, el jarrón azul cobalto giraba suavemente sobre sí mismo, envuelto en un tenue resplandor plateado que solo podía ser... ¿Magia Lunar?
Propongo tres teorías, intervino la Casita Azul, abandonando su pretensión de desinterés científico. Uno: radiación lunar anómala. Dos: un campo electromagnético localizado. Tres: el café que derramó ayer la ceramista tenía propiedades desconocidas.
¡Oh, siempre tienes que buscarle una explicación a todo! Protestó la Casita Roja, quien secretamente había estado practicando movimientos de baile por las noches. ¿No puede ser simplemente…? ¿Magia?
¡Silencio todavía!, susurró la Casita Verde. ¡Está haciendo algo nuevo!
El jarrón había comenzado a realizar piruetas más elaboradas, como si estuviera bailando con una pareja invisible. Su superficie brillaba con cada giro, creando patrones de luz que se reflejaban en las paredes.
Esto me recuerda a una antigua leyenda, murmuró la Casita Violeta, sorprendentemente despierta. Sobre cómo en las noches de luna llena, las piezas de cerámica más antiguas cobran vida para bailar con sus recuerdos...
Todas se quedaron en silencio, contemplando esta posibilidad.
¡Necesito más detalles para mi informe!, exclamó la Casita Amarilla. ¿Alguien sabe cuántos años tiene ese jarrón? ¿De qué época es? ¿Qué recuerdos podría estar bailando?
Lo que yo me pregunto, reflexionó la Casita Roja, es si nosotras algún día...
No terminó la frase, pero todas entendieron. ¿Algún día serían lo suficientemente antiguas para bailar con sus propios recuerdos?
La Casita Verde ya estaba planeando un reportaje especial: ¡Las Crónicas Nocturnas del Estante Superior!: ¡Cuando la Cerámica Baila!
Desde una perspectiva puramente científica, añadió la Casita Azul, aunque su voz temblaba ligeramente, deberíamos documentar cada movimiento para futuras investigaciones.
El espectáculo continuó hasta que los primeros rayos del alba comenzaron a asomarse. Poco a poco, el jarrón fue reduciendo sus giros hasta quedar perfectamente inmóvil en su lugar, como si nada hubiera ocurrido.
Las cinco casitas se miraron entre sí, compartiendo un momento de silenciosa complicidad. Cada una había visto algo diferente en aquel baile nocturno: un misterio por resolver, un fenómeno por estudiar, una historia por contar, un sueño por recordar, y quizás, un vistazo al futuro que les esperaba.
¿Saben qué es lo más extraordinario? Susurró la Casita Violeta, mientras el sueño volvía a apoderarse de ella. Que hay magia en cada rincón de esta tienda... solo hay que saber dónde mirar.
La Casita Amarilla añadió una nota final a su informe mental: Esta noche, cinco casitas del estante superior fueron testigos de algo inexplicable. Aunque la Casita Azul insiste en buscar una explicación científica, la Casita Roja sueña con bailar algún día, la Casita Verde planea una exclusiva, y la Casita Violeta... bueno, ella simplemente sonríe en sueños. En cuanto a mí, solo puedo decir que hay historias que merecen ser contadas, aunque nadie las crea.
Nota: La Casita Azul quisiera que constara en acta que sigue investigando el incidente y que cualquier referencia a "magia" es puramente especulativa. Aunque no puede explicar por qué sus ventanas brillaron con más intensidad durante el baile del jarrón.

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